Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

viernes, 30 de noviembre de 2012

SETAS Y OTOÑO EN LOS JARDINES DEL VIEJO CAUCE DEL RIO TURIA.




En otoño la luz es  distinta, el sol se eleva poco  y parece que siempre te esté mirando a los ojos, es un sol que rasea, que alarga las sombras, que deja la humedad en las humbrias y que convierte a las gotitas del rocio en auténticos diamantes.
  Paseando por los jardines del viejo cauce del Turia te puedes encontrar con ese otoño que entre las calles de hormigon y asfalto apenas si se deja ver, pero ahí abajo y encajonado entre los altos pretiles aún se puede percibir la llegada de la estaciòn, aún se pueden ver a las setas de chopo creciendo vivaces de entre los tocones de los chopos talados. Una vida efimera, porque tarde o temprano la chiquilleria terminará con ellas a patadas, puede que por eso  les hice las fotos, por lastima, aunque mas tarde descubrí sonriendo que mis tristes augurios no se habian cumplido, cuando volví a pasear por la tarde con Cecil y Piper, descubrí el rastro de alguien que sabia que esas setas, que las Agrocybe aegerita,  eran unas setas comestibles y las habia cortado a navaja.



 
   Continué el paseo, casi como reconfortado y echando miradas a la hojarasca que parecía jugar a pillar entre las rafagas de un viento frio y mordedor que provocaba tiritones en los pequeños pincher.
 





 

sábado, 24 de noviembre de 2012

COMO SI FUESE EL ULTIMO AMANECER.

  





Silencio, hoy ha amanecido lentamente o así lo he percibido mientras paseaba con la manada y contemplaba la rozada empapando el monte y a la propia atmósfera, al ambiente puro y nuevo de la amanecida.
   Silencio, durante la noche apenas si he oído algo, los ladridos nerviosos de Luna, una perra vecina que a veces ladra y ladra hasta que me duermo, pero el silencio ha vuelto y ha continuado durante el amanecer, el  canto de las aves era sutil, como murmullos, arrullos tenues.
   Y en medio de ese silencio contemplaba ese lento desperezar del día, descubría la neblina adormecida en los hondos, envolviendo a esos pequeños bancales de naranjos que crecen cerca de Porta Coeli.



  Pedaleaba relajado y sonriendo a un día que ya lucia intenso y encalmado, sereno, silencioso..., casi como si hubiese sido el ultimo amanecer de mi vida, el ultimo día regalado, el unico momento en el que podia heberme sentido parte de la Naturaleza.  

 
  

lunes, 19 de noviembre de 2012

Galgos en la ciudad..., el final del viaje.







   Este enlace me lo envió Dorita y solo quiero decir que me ha servido de algo mas que de inspiración, solo diré que aparece en "El verano de los perros  flacos", casi al final de esa novela que yo veo como una pelicula, que veo como imagenes, como secuencias que durante estos mas de 12 meses he estado inventando y creando partiendo de ellos, de todos esos galgos.

sábado, 17 de noviembre de 2012

"LA SEXTA, EL MATRIMONIO GAY Y LOS JUECES FACHAS"..., en "Diario de Homo".




 Que peligroso es cuando alguna fuerza politica está profundamente convencida de que solamente ella está legitimada para gobernar, digan lo que digan las urnas y creo que a la izquierda española le está pasando eso.
   Hace unos días, el constitucional legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo con tres votos en contra, algo que me parece normal, como el discrepar, como el librepensar, como el tener otra opinion y poder expresarla.
  La capacidad de poder votar en libertad es el cimiento de la democracia y de la convivencia pacifica y armoniosa, sin embargo,  La Sexta parece no opinar igual y hace unos días se encargó de poner rostro y nombres a los tres magistrados que votaron en contra, practicamente se les tachó de homofobos, de retrogrados, de fachas..., simplemente porque habian ejercido el derecho a discrepar, a no pensar igual que sus otros compañeros.
   Mal camino es este, cuando se cuelgan estrellas amarillas en los pechos de los jueces, simplemente porque no dictaminan lo que los politicos y sus voceras desean, es el principio del fin del estado de derecho.

lunes, 12 de noviembre de 2012

LA INTIMIDAD DEL BOSQUE.




 


 Cecil olisquea esos aleros verduzcos y carnosos, son hongos que se alimentan de la madera, en este caso de un algarrobo que acoje en su corteza a algunos huespedes mas. En una de sus ramas destaca un liquen amarillento, resucitado con estas ultimas lluvias pero que realmente ha estado ahí durante el verano y durante la primavera, durante bastantes años, pero escondidos en esos rincones intimos que no llaman la atención de nadie..., bueno, salvo la mia y la de la manada.





    Durante todo el año paso junto a este viejo tocón y sus hongos ya son viejos conocidos, siguen ahí año tras año y no importa que sea otoño o verano, ahñi están, pero eso si, durante el otoño y el invierno los encuentro mas sonrientes y con la piel mas tersa.






   Y el paisaje va cambiando con los fríos y los chubascos, la tierra sonrie y reverdece, es ese pasto invernal, esa especie de primavera fugaz y timida, el ultimo canto antes del silencio invernal.



















domingo, 4 de noviembre de 2012

PIEDRAS DE RAMBLAS QUE MIRAN HACIA EL MAR.



     Son paseos monotonos, a veces yo voy pensando en mis cosas de homo, voy pensando en la novela o en los problemas de la ausencia de trabajo y la manada va a su aire, Norton y Mia acechando a los conejos, Piper vigilandolos desde el camino y Cecil buscando cadaveres en los que carroñear..., y yo camino y muchas veces me distraigo mirandolos, contemplando sus correrías o mirando a las piedras verdes, a los cantos rodados que las avenidas trajeron a los campos desde las ramblas y que después homo fue sacando y amontonando en las lindes de los campos para labrarlos y trabajarlos. Siempre las encuentro ahí, junto al camino, vestidas con el liquen llegado del mar, como algas voladoras que se hubiesen posado en esos cantos rodados ocupando el lugar que deberian haber colonizado los liquenes del norte, de textura escamosa y con matices amarillentos.
   Pero alguna vez, alguna mano toca esas piedras o alguién pisa sobre ellas y se dan la vuelta mostrando su cara rosacea, su piel de rodeno, el lugar de donde vinieron, desde las ramblas y barrancos de la Sierra Calderona.
 

sábado, 3 de noviembre de 2012

MATANDO CON RECLAMO.

¡Pam, pam, pam....!, los tres tiros de la repetidora sonaron uno detrás del otro, alcé la cabeza y lo vi encoger sus alas y empezar a caer, ya muerto y acribillado por los perdigones. El tordo fue a morir a los pies del cazador mientras el compact disc seguía lanzando sus mortales trinos.



  Norton se estremeció a mi espalda, Mía encogió la cola gimoteando y Cecil y Piper miraron hacia esa silueta disfrazada de verde y armada que nos miraba a menos de  cien metros del camino y a menos de cien metros de sus furgoneta.
  - Hala venga, vamonos.
  El galgo metió su largo hocico entre mis piernas y siguió mis pasos, mi rastro, mis huellas, con la cabeza gacha y escuchando los centenares de tiros que resonaban desde los campos y desde los pinares.







  Fuimos dando el paseo, atravesando los naranjos, moviendonos entre las lindes de los baldíos, pasando entre las colmenas que reposaban bajo un pinar y volviendo a sonreir cuando descubrí a tres hermosos champiñones silvestres emergiendo entre la pinocha.



   Y ya a medio camino, Piper salió corriendo, Nortón se asomó entre mis piernas y los dos vimos al mismo tiempo al conejo.
   - ¡Ahí va, ahí va...!.
   El medio galgo perdío durante unos instantes el miedo, el pavor a los tiros y engalgó, tardó muy poco en perderse entre el monte bajo, apareciendo y desaparenciendo, olisqueando y corriendo guiado por los saltos de Mía. Me gustaba lo que veía y lo encontraba natural, no habian engaños ni disparos, ni escopetas ni compact disc simulando el canto de las aves, era un lance ancestral que perdieron los depredadores y que ganó el conejo, como suele ocurrir cuando la naturaleza no está contaminada por homo.
   ¡Pam, pam, pam...!, reconocí los tiros de la escopeta y no pude entender la satisfaccion que podría existir ese hombre al matar de esa forma tan mezquina y ruín, al pasar horas sentado, esperando a que las aves entrasen confundidas por el canto artificial.
   Norton, Mia, Cecil y Piper también reconocieron los disparos y dejaron el bosque para volver a guarecerse a mi alrededor. 

P.D. Mientras escribia esto seguía escuchando los disparos y el canto de algunas aves, los silvidos de los estorninos e incluso el gorjeo acatarrado de alguna urraca..., pero que por lo menos eran reales.