Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

sábado, 28 de diciembre de 2013

CUANDO LA NARANJA SE RIE.






   Paseaba con los chuchos por el campo y nos paramos un rato a charlar con Ramón, un agricultor que pasa horas y horas en su campo, a veces pintando los troncos de los naranjos para que los conejos no se coman los brotes, otras injertando variedades que según los ingenieros agronomos serán las de mejor venta y otrás sulfatando.
   - Este año la naranja esta floja...,  el calibre es pequeño.
   - ¿Y eso porque es...? -le pregunté.
   - Por que no ha llovido.
   - Pero si tienes el goteo en todo el campo.
   - Da igual Pedro, la Naturaleza es la Naturaleza y el arbol quiere que le llueva..., da igual que yo le ponga el abono en el goteo...., esto es muy comodo y ecologico, pero donde esté el riego a manta, es lo mas parecido a la lluvia..., y encima las naranjas se rajan así, de lado a lado, como una risa, entonces decimos que las naranjas se rien de nosotros, todo el año aquí doblando el lomo y al final ellas se rien.

    - ¡ Es verdad, tengo dos naranjitos en el campo y muchas de ellas se estan rajando.
    - Pues ya lo sabes, se estan riendo de ti

sábado, 14 de diciembre de 2013

UNA PINCELADA DE COLOR EN LA SIERA CALDERONA.





El otoño no viste a la Sierra Calderona de ocres ni de amarillos, tampoco crea mantos de hojas marchitas sobre la tierra o sobre sus lajas de rodeno. El invierno llega a la serranía apagando sus verdes y llenando de calma y silencio sus valles y sus cimas, no se escucha el aleteo de los caducifolios cuando el viento sopla desde el norte, no hay remolinos de hojarasca..., pero a veces encuentras una pincelada de color, como si la serranía sonriese y se dejase maquillar con una caricia de color....,que he podido contemplar cuando descendia con la Bicipalo hacia la Font del Berro.


martes, 10 de diciembre de 2013

EL ÓLEO, EL GALGO Y LA CUSTOM DE MADERA.





   Cecil y Piper, los chuhuahuas de mi hermana, me esperaban en el sofá del comedor. Gimoteaban y se contoneaban de alegria, yo también me alegraba y me he iba recostando entre ellos para sentir sus lenguecillas y el calorcillo de sus cuerpecitos. 
  Y ha sido en ese momento, cuando he visto sobre el mueble aparador del comedor el galgo que compré en la Puebla de Don Fadrique, en pleno altiplano granadino, ha sido cuando he visto la custom de madera que me regaló mi prima Trini y en un tercer plano y cerrando el triangulo...., he visto el óleo de mi padre..., el tiempo se ha comprimido y durante decimas de segundo he recordado aquellos años junto a mi padre, todo el tiempo que pasé obsesionado con los galgos y con la novela y mis primeras experiencias montando en una custom.
  Ha sido curioso, he visto una parte de mi vida en esa imagen.

sábado, 7 de diciembre de 2013

EL ANTICICLON MAS GENEROSO.



      En invierno deseamos la luz del sol, deseamos que sus rayos nos aporten calor y vida, y esta mañana era ese mismo sol quien despertaba calidamente al pinar tras la helada negra, esa que cae cuando ese cielo despejado, que tanto anhelamos en el invierno, deja escapar todo ese calor y el aire frio cae a plomo contra el bosque y contra los cultivos. Se condensa en forma de miles de gotitas de agua y apenas un par de horas antes del amanecer, se congela hasta quemar las hojas..., se quedan oscuras y marchitas, negras...., como la helada negra.
   Pero si el dia amanece despejado, el sol se precipita sobre esas agujas de hielo que han lacerado a las plantas y  las va fundiendo creando bancos de brumas que emborronan el bosque y que lo envuelven en una fantasmagorica luz.



   Aunque siempre hay umbrias en las que las agujas de hielo permanecen hasta bien entrado el día, son manchas blanquecinas que maquillan el rodeno de la Sierra Calderona y que siempre me hacen sonreir.
   
  

sábado, 23 de noviembre de 2013

DE NUEVO EL VIENTO.





  Hoy ya no nevaba en la Sierra Calderona, pero el viento seco y frio del norte soplaba y arreciaba como durante muchos de los días del invierno pasado. Llegaba cortante y afilado, zumbando por encima del pinar y limpiando la atmósfera de brumas y nubes bajas.


   El viento llegaba remontando los cañones, colandose entre los estrechos, azotando al recio monte bajo y despues, rodando y girando entre torbellinos de polvo, descendía hasta la misma costa, removía los granos de arena de la playa y empujaba las olas mar adentro, aplanaba las aguas y permitiendo que el sol cegador se reflejase en ellas robandoles el azul mediterraneo y creando un espejo brutal, o una especie de costra de hielo blanquecino como surgido de una subita glaciación...., lo contemplaba todo desde la pista del Campillo a Coronel con una nitidez sorprendente, podía ver la curva del Golfo de Valencia y el destello de La Albufera, incluso pude imaginar sus carrizos azotados por el viento y el oleaje lacustre balancendo  a los albuferencs y batiendo contra las compuertas del Puchol o del Perellonet....,
  

sábado, 16 de noviembre de 2013

EL VIEJO DE HIELO Y VIENTO.




  El viejo conocido ha llegado esta mañana casi sin avisar, aunque se que la Calderona lo esperaba y en el fondo yo también, ya casi habia olvidado lo que era el frio y los cielos planos y de hielo, grises y apagados.
  Los primeros copos de nieve me han caido remontando por el camino del Campillo hacia el Collado de la Morería, en algunas curvas el viento arreciaba y yo me subia el pasamontañas mientras murmuraba.
  - Vaya, como en los viejos tiempos...
  Arriba, en la Moreria, el viejo conocido nos esperaba a mi y a la Bicipalo, reía y se convertia en una cortina de cellisca grisacea que bajaba por la Vigueta desde Tristan, desde el norte frio de la peninsula. El viejo conocido venía con sus mascotas, lobos cubiertos de hielo y escarcha que trepaban por las laderas, que removia los arbustos y que se convertían en flechas blancas que mordisqueaban mi piel.
   El viejo conocido aullaba, allí arriba, justo donde terminaba la franja grisacea, al otro lado aún lucia un sol engañoso, pero en las alturas, ese viejo conocido saludaba a cada laja de rodeno, a cada pino, a cada coscoja, a cada alcornoque y a ese ciclista que descendia buscando la calma de las tierras bajas, aún sabiendo que los lobos de hielo corrían tras él desde las montañas, desde esos rincones ocultos de la Sierra Calderona donde uno se siente tan solo un mamifero más.

domingo, 3 de noviembre de 2013

A VECES, LA SERRANIA TE DESPOJA DE LO HUMANO.




  
 Sonrío ante la cuesta, mientras los ladridos de los mastines se quedan antrás, tampoco insisten mucho y los enormes chuchos vuelven a sestear mientras encaro las lajas de piedra gris que acuchillan la pista.
   Me gusta esta cuesta, es corta, pero está rota, aunque deja una trocha por la que debes pedalear si quieres coronarla sin echar pie al suelo.
  Le tengo querencia a esta rampa de piedra porque despues de unos cuantos virajes me lleva a un rincón escondido de la Calderona, a un paraje de esos en los que no ves nada que te recuerde al asfalto y a la urbe, uno de esos parajes en los que los barrancos estan repletos de una vegetación tan espesa que tan solo los jabalies y los zorros se aventuran en ella, aunque me imagino que alguien como Pasos Largos no hubiese dudado en adentrarse en ella huyendo de la Guardia Civil.
  Le tengo querencia a este camino como a veces los hombres le tienen una querencia malsana y enfermiza a la serrania, a la Serrania de Ronda o a Sierra Morena...., aunque allí, en Sierra Morena, Marcos se limitó a vivir rodeado de lobos sin secuestrar a nadie y sin acechar en los caminos, como si hizo Pasos Largos hasta su ultimo día, cuando un balazo en el pecho y otro en el vientre acabaron con su vida como una posta acaba reventando a un jabalí.
   Me imagino que de la misma manera que el camino busca el hondo del barranco y desaparece con el contraluz.....



..... el hombre pierde a veces su condicion de humano y se entrega a la serrania. A Pasos Largos le llamaron el ultimo bandolero andaluz y es posible que un aura de heroismo o admirable rebeldía le rodee para siempre, pero todo parece decir que la misma serrania le arrebató lo poco que le quedaba de humano, de empatia y de compasión. No podemos olvidar su horrible crimen, a hoz y escopeta, sus asaltos y finalmente su vuelta al monte, pese a que le ofrecen trabajo de guarda en una finca, propiedad de un hacendado que fue secuestrado por el mismo Juan Mingolla, dicen, que el ultimo bandolero andaluz.





 
  

sábado, 21 de septiembre de 2013

CUANDO EL NEOCORTEX ENMUDECE.





      La rueda delantera de la Bicipalo giró a derechas y el banco de arena surgió inesperadamente, el neumatico y sus pequeños tacos se hundieron entre los centenares de miles de granitos de rodeno pulverizado que comenzarón a desplazarse hacia un lado, a deslizarse sobre el fondo duro del charco relleno de sedimentos...., la Bicipalo cabeceó de delante, se removió como una culebra y mi neocortex enmudeció al tiempo que el cerebro primigenio enviaba ordenes a una velocidad vertiginosa, mas allá de mi consciente y de mi capacidad de razonar..., las neuronas se interconectaron y los impulsos nerviosos tiraron de mis musculos sin que yo fuese consciente. Mi pié se desencajó de la cala, mi torax se contorsionó y salimos del banco de arena con las pulsaciones aceleradas pero con una sonrisa iluminando mi rostro.
   Todo habia ocurrido en decimas de segundo y continuaba pedaleando, no me habia caido y ni sabia como lo habia hecho, en el tiempo que dura un pestañeo, el cerebro primigenio habia tomado el mando y ese neocortex, altivo y digno, ese que razona y reflexiona, ese que es capaz de filosofar y de meditar, ese que nos hace humanos, ese que nos dota de una inteligencia sin igual en La Tierra, ese que es capaz de diseñar o de crear naves capaces de salir del planeta...., habia enmudecido, sus complejas conexiones y sus laureadas neuronas se habian callado, quizás sorpendidas ante la velocidad con que esas otras celulas nerviosas habian enviado las instrucciones a los haces musculares para equilibrar mi cuerpo y a la Bicipalo.
  Continué sonriendo y sintiendome satisfecho y orgulloso por conservar todas esas estructuras cerebrales, las arcaicas y las modernas, de alguna forma, la historia del Planeta Azul estaba escrita entre mis circunvoluciones cerebrales.

jueves, 29 de agosto de 2013

LA ISLA DE ALBEA.




     Esta mañana llovia, podía sentir las gotas precipitandose sobre mi craneo y escuchaba las sacudidas de la manada cada dos por tres. No era una lluvia intensa, pero suficiente para haber inundado el charco alrededor de la cresta en la que se habia encaramado el caracol blanco. 
   Ya de niño me encontraba con ellos y oía a mis tías del pueblo despreciarlos mientras buscaban con interes a las vaquetas despues de la lluvia, tampoco le hacian ascos a los moros, pero para estos caracoles blancos tan solo tenían pisotones y protestas, quizás porque no eran agradables de comer y porque siempre estaban ahí, a la vista, blancos como peladillas, a pleno sol y sin esperar a las lluvias para hacer sus vidas.
   Recuerdo que una vez los descubrí con sus cuerpos metidos de cabeza en la tierra húmeda, atraves de sus pies extraían la tierra formando una especie de pliegues de barrillo endurecido que iban acumulando alrededor del agujero. Allí dentro depositaban sus huevos, para mi fue un descubrimiento emocionante, pero lo que no podia imaginar es que los futuros  Sphincterochila serían capaces de vivir hasta los ocho años, pero sigo recordando la imagen de aquellos huevecillos gelatinosos al otro extremo del palito con el cavé una galeria paralela a la del caracol blanco, tan blancos y descarados que nadie les hacia caso, salvo mis tías que refunfuñaban mientras exploraban las matas alacecho de las vaquetas y de vez en vez, de los moros.
 

viernes, 23 de agosto de 2013

LA POBLETA, LOS LAGARTOS OCELADOS Y LOS EUCALIPTUS...., LEYENDAS DE LA SIERRA CALDERONA.




 
   Los lagartos ocelados gustan de tomar el sol en esa curva, mas de una vez me he encontrado con ellos descendiendo desde el Collado de la Moreria con la Bicipalo, pero hoy no están y trazo la curva echándolos de menos, igual que ellos echarán de menos al sol que calienta el poderoso talud de piedra gris que emerge desde las entrañas de la Sierra Calderona.
   Hoy la serranía ha amanecido envuelta en nubes que han llegado desde el mar, como convencidas por la brisa de levante, tentadas por ese viento marino a adentrarse en las montañas, a empapar sus musgos y líquenes, a desangrarse sobre las lajas de rodeno y a mojar sutilmente mis antebrazos, mientras remontaba por la umbría de la Font del Berro, esta es la subida preferida de Jesús y de ese testigo que siempre le acompaña y que después habla y nos confiesa sus emociones y pensamientos en una magistral tercera persona.
   Percibo a esas nubes tocándome con miles de pequeñas gotitas y pienso que ya es tarde para que ellas puedan regresar al mar, cedieron a la tentación de acompañar a la brisa y ahora esa misma brisa se pierde entre los cañones de la serranía mientras las nubes embarrancan como enormes cetáceos que jamás podrán volver al mar, salvo cuando la lluvia inunde las torrenteras y las ramblas, cuando corra brava entre los barrancos y desemboque en el mar, en ese momento se olvidarán de cuando embarrancaron entre las montañas y volverán a acompañarán a la brisa de levante cuando les susurre.
    - ¿Os venís a las montañas, a tierra adentro…., os aseguro que no os dejaré solas…?.
   He alcanzado la Moreria cansado y me he dejado caer sin pedalear, recuperando la respiración y sintiendo como el sudor se iba enfriando sobre mi piel y sobre la ropa. He dejado a mi derecha el cruce con la pista del Campillo y he continuado el descenso sin apenas pedalear, evitando los surcos y las piedras, atravesando las tenues brumas y virando a izquierdas en esa curva en la que los lagartos ocelados gustan de tomar el sol. Inconscientemente he frenado y los he buscado, no he visto a ninguno  pero he tenido la certeza que ellos han percibido mi paso.
   He sonreído relajado y tranquilo y he seguido el descenso hasta que he echado una mirada a mi izquierda y he descubierto a la misteriosa silueta de La Pobleta, he ido frenando y he echado pie al suelo. 





El legendario caserío apenas si asomaba entre los espesos pinares que hace siglos albergaron a ese primer poblado morisco, a aquellos moradores que terminaron enterrando sus huesos en este Valle de Lullen hasta que, siglos después, los perros de los guardeses desenterraban alguno de ellos y correteaban felices con su hallazgo. Manuel Azaña se refugió aquí, en la Calderona, después regresaría a Barcelona y La Pobleta quedaría ahí, a salvo de las atrocidades de la guerra, ajena al paso del tiempo, envuelta por los pinares y entre el monte bajo. Como un caserío misterioso y oculto a los ojos de casi todo el mundo.

 


   Continuo bajando, deslizándome cuesta abajo, respirando sin esfuerzo, escuchando la rodadura, los golpeteos de la cadena, las turbulencias entre el caso y mis orejas…, y termino parando en la Font del Marge, la primera que conocí de la Sierra Calderona y si no recuerdo mal de la mano de Cristina, una vecina de mi edad que durante varios veranos me torturó con el crecimiento desmesurado de sus pechos. 

 


 




Aquella exuberancia me costó algunos pescozones pero jamás la pude albergar…, han pasado muchas décadas y ahora ya no siento nada, quizás porque la majestuosidad de estos enormes eucaliptos me fascina, quizás porque espero oír el repiqueteo de algún picapinos o porque el gorjeo del agua me relaja y me distrae tanto que tan solo deseo gozar este momento, esta calma y esta soledad llena de leyendas y de momentos mágicos que uno atesora para si mismo y que a veces cuenta en voz alta.



 

       

miércoles, 21 de agosto de 2013

"ELYSIUM"........., LA PELICULA, UN SUEÑO CONTRADICTORIO.






  Cada dos años se cumple el ciclo, me visto como una persona, me pongo colonia, me despido de la manada y me voy al cine….,y tras disfrutar con “Entrelobos” hace dos años, hoy me he aburrido con “Elysium”.

   La película comienza con la visión de enormes vertederos sobrevolados por bandos de gaviotas que pugnan con los humanos por la búsqueda de alimentos, en ese momento el narrador nos cuenta que en el año 2150, La Tierra esta tan enferma, tan superpoblada y tan contaminada que un grupo de privilegiados ha creado otro hábitat, otro lugar fuera de ese planeta moribundo…., el plano se eleva y sorprendentemente se muestra  a La Tierra como lo mas hermoso del espacio conocido, se ven sus océanos azules, el marrón de los continentes, el blanco inmaculado de las nubes. Realmente se nos muestra una imagen que contrasta con el mensaje que quiere enviarnos la película, no se ven mares grises y repletos de vertidos, no se ven continentes yermos, no se ven humos ni contaminación atmosférica.

   Pero el  ritmo no decae y se nos muestran a las  pateras del futuro, naves capaces de despegar de La Tierra y de volar hacia Elysium, hacia ese paraíso en el que se curan todas las enfermedades, en el que nadie envejece y en el que disfrutan de una curiosa atmósfera sin cubierta rígida.

   Pero solo los elegidos y los multimillonarios pueden vivir allí arriba, por eso se da la  orden de destruir a las tres pateras, parece ser que ya no existen los derechos humanos ni tribunales internacionales. Lo curioso es que pese a la gigantesca tecnología que alberga Elysium, de hecho son capaces de curar el cáncer en cuestión de minutos, sin embargo no tienen sistemas de defensa ante la llegada de los nuevos inmigrantes y se encarga a un agente en La Tierra que dispare unos misiles portátiles, que recuerdan mucho a los RPG-7 rusos o a los archiconocidos bazookas americanos. La secuencia se cae por si misma y a partir de ese momento el filme entra en una serie de acciones violentas, alternadas toscamente con recuerdos de la infancia del protagonista y se pierde la carga social, se diluye la denuncia,  se pierde el mensaje ecologista insinuado y se termina centrando la trama en la eterna búsqueda de la inmortalidad, de la cura del dolor, de la eterna juventud.

   La cinta va perdiendo consistencia, credibilidad y coherencia, no se dice nada sobre el pensamiento de esa nueva sociedad, no se nos habla de quienes habitan allí y se llega al momento álgido, al enfrentamiento final, resuelto de manera confusa, con planos demasiados cortos y rápidos.

   Las luces de la sala se encienden y se escucha.

   - Bueno…, ¿y ahora donde vamos….?.

   Albergaba alguna esperanza con esta película, pero es una mas de efectos especiales, de tiros y explosiones y que bebe de otras películas que si que son autenticas obras maestras de la ciencia-ficción.



  

  





martes, 13 de agosto de 2013

UN RELATO DE MOTEROS PARA DORITA.











   

     Cuando he visto a la Bellagio de Javision con las tapas de balancines pintadas de un rojo apasionado, he tenido un mal presentimiento, después de eso, el amante de Bella ha engranado primera y las válvulas han enloquecido bajo esas tapas rojas que recordaban a unos lujuriosos labios de mujer insaciable, quizás por eso Javisión giraba el puño y el resto de las parsimoniosas custom salíamos tras él jadeando y yo el ultimo, girando el puño y sintiendo que poco a poco iba perdiendo metros, pero Duna podía dar más y aunque sus tapas no eran rojas, sus valvulas también se abrían y cerraban dando de comer a ese viejo v-twin, colgado en el vacio, sin cuna de motor.
    Recordaba viejos tiempos, recordaba aquellas primeras kedadas en la Pantera Rosa, recordaba a los Dracs y la melena negra de Águila Culebrera…., en ese momento creo que he sonreido bobamente, pero la curva se ha echado encima y el piloto rojo de Lancelotx se ha encendido, he frenado, he trazado la curva y me he centrado en la revirada carretera que ascendía desde Olocau hasta el Pico del Águila.
   El dragón serpenteaba, Bosser habia dejado escpar a Javisión, le seguía Little, despues Lancelotx y cerrando Duna y yo, cada vez mas concentrado, mas atento y sin tener que preocuparme por dar pedaladas, como cuando subo este precioso puerto con la bici de carretera.
   Pero hoy era distinto, no podia distraerme con los farallones de rodeno ni con las espesas umbrias de los barrancos, no podía buscar el vuelo sosegado de las rapaces, hoy no pedaleaba y el sonido de los cambios de marcha se sucedían una y otra vez, las curvas lentas y cerradas y sintiendo a Duna muy tumbada y muy lenta entre mis torpes manos. Pero al final hemos coronado y la Bellagio se ha lanzado cuesta abajo como en extasis, como una hembra insaciable…, pero yo prefería subir, incluso con las bicis prefiero subir a bajar, quizás por eso me ha patinado la rueda trasera cuando he frenado demasiado…, pero ha sido soltar el freno y continuar bajando entre paredes de rodeno, entre bancales de almendros y olivos, aunque no los veía, solo veía el asfalto retorcido.
   Y sin llegar a entrar en Altura hemos girado a la izquierda y empezado a subir hacia la Cueva Santa, hacia Montemayor…, hasta que la pitillera de Little ha salido volando de su bolsillo y hemos tenido que reagruparnos.
  El ascenso ha sido algo triste, los espesos y extensos pinares estaban carbonizados, ya lo sabia, aún así, conservaban la belleza de los parajes naturales, de los paisajes heridos que lentamente se recuperan de las estupideces de los humanos.  Pensaba en que pasarían bastantes décadas antes de poder volver a contemplarlos con la frondosidad de hace un año…., pero el asfalto se ha estrechado, se ha encogido y encerrado entre pretiles encalados, las curvas han empezado a sucederse y de nuevo Duna ha empezado a tumbarse, a inclinarse tratando de imitar las trazadas de Little.
   Clank, clank, clank…, los escapes sonaban distintos cada vez que entraba con la Virago medio muerta en los virajes, cambiaba y gorgojeaba como quejándose, como pidiendo una marcha mas corta…., recordaba mis jadeos, mi respiración acelerada cuando subía este puerto con la bici y despues me extasiaba contemplando los horizontes cubiertos de bosques casi infinitos, interminables, verdes, frescos y serenos como la misma Cueva Santa. Enseguida hemos notado la temperatura agradable y estable durante todo el año, dentro de la pequeña cueva, bajo esos techos de piedra y en medio del aura sacra que envolvía el santuario. Durante unos segundos me he sentido dentro de la montaña, me he sentido bajo tierra, bajo esos mismos bosques que ya no existían.
   - ¿Cuándo se almuerza…?, ¿que no hay hambre…?.
   Hemos salido de la Cueva y poco me ha faltado para irme al suelo.
   - ¡Tío, que no has quitado el candado, coño…!
   Han sonado unas risotadas, sanas, sinceras, amigas…, como cuando Lancelotx se ha tapado la cara con la manos al escuchar mi respuesta a la sugerencia de la camarera.
   - Vale, si quieres el cortado corto de leche, te lo alargo de café.
   - No, no –he contestado escandalizado- que si no el café se diluirá.
   Pero antes del almuerzo hemos descubierto una especie de maquina del tiempo, una gasolinera en la que los vecinos deambulaban como si fuesen empleados que entraban y salían del taller con parsimonia y confianza, ensimismados o cruzando alguna frase con sus amigos, moviéndose a un ritmo lento, como son los veranos en Las Alcublas, como es la vida misma en estos pueblos serranos, de inviernos duros y silenciosos, de inviernos fríos y acompañados por una soledad que curte a estos pobladores del interior valenciano. Y allí, en ese rincón del pueblo, descansaban un tesoros que ya no llamaban la atención de los parroquianos, nadie parecía hacer caso al mítico Alpine descapotable que reposaba moribundo, pero lleno de dignidad, sobre un remolque.



 Nadie parecía fijarse en la Lambretta oxidada ni en el coche de juguete, nadie parecía prestar atención a nada, ni si quiera los dos pit bull enjaulados, nos prestaban atención, ni ladraban ni gruñían. Los dos perros formaban parte de ese decorado perdido en la serranía.
   Después los moteros se han marchado y uno de los hombres ha murmurado para sus adentros.
   - Mira que echarle fotos a esto…
  Y ha sonreído cabeceando…, él sabía que a los de ciudad le gustaban esas antiguallas y que pagaban bien por ellas.
   - Eso, que paguen, que paguen.
  

 

lunes, 12 de agosto de 2013

EL CIELO DE LA SIERRA CALDERONA.






     Es curioso, el tenue rumor de los neumaticos sobre la pista forestal resulta casi un escandalo en medio de la soledad de la Sierra Calderona. Voy remontando por Campillo y echando miradas a las cimas y a los pinares, hace días que el sol tiene otro brillo, hace días que la atmósfera está distinta, mas nítida, más limpia, es como si la calima y la humedad marina se fuesen diluyendo, como si intuyesen la llegada del otoño.
   Levanto los ojos por encima de las cumbres y descubro un cielo mas azul, mas vivo, descubro unas nubes que se deshacen en cabelleras, en lluvias de altura que nunca llegan a tocar tierra. Descubro el rastro de un reactor y la alucinante sombra de esa misma huella sobre el cielo.
   Sigo remontando y después del descenso paro en la Font del Berro, es mi rincon favorito y me encanta su agua. Poco a poco y sin dejar de contemplar los farallones de rodeno me bebo el bidón entero y vuelvo a montar, pero apenas si trazo un par de curvas y me encuentro con Enrique.
   - Vaya, no han tenido que pasar mil años para que volvamos a vernos aquí.
   Enrique sonrie desde su barba blanca y escuchamos el graznido de varios cuervos, el canto de otras avecillas, el viento susurrando entre las copas de los pinos, entre las aristas romas del rodeno.
   - Esos cuervos me conocen..., saben que traigo comida para las zorras.
   Yo le digo que a veces hablo con los vencejos y él me enseña la foto de una rana, dice que es su amiga. Le comento que mañana saldré con Duna de ruta y Enrique me cuenta como estrelló su Guzzi Le Mans a 115 por hora contra un coche.
   - Se cruzó y no pude ni frenar, no llevaba casco, salí volando por encima del coche, me fracturé  la base del craneo y desde entonces no tengo olfato y ni memoria para las caras.
   - Coño, pero sabes quien soy, ¿no....?.
   Enrique suelta una carcajada y me enseña las fotos de las zorras comiendo de su mano.
   - Claro que se quien eres...., ah y mi hermano me ha dado recuerdos para ti.
  

miércoles, 31 de julio de 2013

A SOLAS CON EL AMANECER.





  Todos los humanos parecen dormir, consiguen conciliar el sueño cuando el calor del día se mitiga con las ultimas horas de la noche, cuando  esa atmosfera seca y fresca se desliza desde el norte y entra por las ventanas. Yo la percibo en mi piel y cuando separo los parpados descubro que la noche se aleja, que poco a poco la oscuridad se aclara.
   La gente sigue durmiendo y la manada y yo ya paseamos por el monte, Norton descubre a tres conejos allí en el hondo, se miran pero no se arranca, sabe que estan demasiado lejos. Seguimos caminando, respirando el primer aliento del día, empandonos de su pureza y de su luz tenue y agradable.
   Amanece sin nubes, con el cielo límpido y en el descubro el vuelo veloz de los vencejos que ya han abandonado las ciudades, ahora vuelan con sus polluelos, les enseñan a cazar y a jugar con el viento.
  El herbazal tiene un intenso tono pajizo, Norton y Mia se pierden en él y de vez en cuando surgen entre portentosos y bellos saltos, se arranca una liebre, pero gira rapidamente y  los perros la pierden, vuelven al herbazal y saltan, no me canso de mirar y sonrio.



 
 Vuelve a amanecer, volvemos a pasear y surge un cielo aún mas nitido y lleno de fuegos, de nubes incendiadas. Me siento como un mamifero mas y me confunde ese frescor intenso, creo que estoy en los ultimos días del verano, asomandome al otoño y vuelvo a encontrarme con los vencejos. Vuelan separados, silenciosos, vuelan hacia el interior...., ya dejaron las ciudades.
 


  

   Por la tarde nos volveremos a encontrar, formando un numeroso bando que no alborota. Descienden hasta la enorme balsa de riego y enseñan a sus polluelos a beber sin dejar de volar de la misma forma que les estan enseñando a vivir sin dejar de volar. Las aguas parecen de estaño liquido, ya no destellan con la luz del medio día y los vencejos planean sobre ellas colocando las alas en forma de V, por encima de sus cabecitas, por encima de sus dorsos, rozan la plata rizada con sus diminutos picos y se elevan para siempre.


 







 

viernes, 19 de julio de 2013

ASI LATE EL CORAZÓN DE UN GALGO.



   

 Perros que se comportan como perros y un humano que observa ese comportamiento hipnotizado como lo haria Truman ante la repetición de los paisajes. 
  La manada y yo siempre hacemos el mismo recorrido, a veces en un sentido y otras en otro, pero siempre son los mismos pinares, los mismos ribazos, las mismas piedras, tan solo cambian las nubes y la luz de la atmosfera.
   Norton, Mia, Cecil y Piper saben lo que tienen que hacer y lo unico que tienen que hacer es comportarse como perros, rastrear, oler, observar, excitarse y arrancar detrás de ese conejo que inexplicablemente acelera a través del baldio, alejandose del seto crecido sobre el ribazo y enfilando a  la linde del pinar. Esta en campo abierto y Norton galopa hacia él, yo grito excitado.
   -¡¡Ahí va, ahí va...!!.
   El  medio galgo acelera a muerte y el conejo se clava, gira en redondo en menos de un palmo de tierra y se vuelve como una centella por donde se habia arrancado, se cruza con Mia y desaparece en el seto, entre los huecos del ribazo.
   Seguimos caminando, atravesando campos de naranjos con cuidado de no pisar los goteros, observando el vuelo ruidoso de las urracas y el paso alto y sutil de los vencejos. Cruzamos un camino y Norton y Mia se adentran en otro campo repleto de jovenes plantones de naranjos, trotan hacia otra linde, se alejan, les observo y algo vuelve a excitarles, otro conejo salta a una metros de ellos, Mia ladra lanzandose tras él y Norton vuelve a acelerar, esquivando los plantones, rozandolos con sus flancos, pasando tan cerca que temo que se parta la espina dorsal contra uno de ellos.
   Atraviesan todo el campo, saltan el camino, entran en otro campo describiendo un amplio circulo y veo como el conejo se encara hacia las viejas acequias cubiertas de riego, vuelvo a temer por Norton, pero justo cuando el medio galgo salta por encima de unos lomos de tierra, el conejo vira bruscamente y el lebrel derrapa, lo pierde de vista y todo termina..., ha sido un lance precioso y cuando regresamos a casa, Norton se mete en la piscina y se queda quieto, con el corazón aún acelerado, bombeando sangre y oxigeno como solo lo hacen los corazones de los galgos, removiendo la caja toracica sumergida y transmitiendo cada latido como una onda de choque que puedo ver con mis ojos...., así late el corazón de un galgo.

viernes, 5 de julio de 2013

FLECHA NEGRA Y ALA QUEBRADA...., MIS VENCEJOS FAVORITOS.















  Flecha Negra solo existió en mi imaginación y en la  de Alberto y Paúl, solo existió durante aquel verano entre los perros flacos, pero Ala Quebrada es real y todas las mañanas lo busco desde que distinguí su ala herida entre todos los demas vencejos.
  Debió ocurrir durante los primeros vuelos de reconocimiento, durante esas acrobaticas aproximaciones a la junta de dilatación del edificio, no vió el cable y su ala se estrelló contra él..., casi puedo imaginar la escena, el chasquido y el acero rompiendo parte de sus plumas, flexando sus ligeros y resistentes huesos, a punto de quebrarlos, pero Ala Quebrada logró remontar y ahora, todos los días lo veo descendiendo desde el sueño a mas de dos kilometros de altitud.
  Descienden con sus trinos, esos que los gafarrones son capaces de imitar en los concursos de canto y que de normal puede suponer la victoria de la pequeña avecilla. 
   - El meu gafarró fa la farsida.... -suele decir el orgulloso dueño cuando el chamarín imita al vencejo y enamora a los jueces.
   Yo me limito a levantar los ojos y a buscarlo entre los bandos, sonrio ante la perplejidad de los vecinos que me ven embobado ante los vuelos de los vencejos y ante el valor de Ala Quebrada...., espero que de aquí al inicio del viaje de vuelta a África la tenga algo mejor, será una larga migración que nunca olvidaré.




                                       Esta es una imagen que rompe con la estetica veloz y aereodinamica de los vencejos, pero muestra el momento en el que la pareja frena una vez se han acercado a la fachada donde han nidificado.

sábado, 29 de junio de 2013

CUENTAKILOMETROS EN BLANCO...., LA LIBERACIÓN.





    
    El plato Q-ring de 33 dientes se habia quedado sin ellos, sin dientes, realmente se habian convertido en pequeñas aletas de tiburón sobre las que la cadena nueva resbalaba. Los eslabones no se travaban y resbalaban sin llegar a mover los piñones, sin llegar a desplazar a la Bicipalo sobre la Sierra Calderona.
   Pero el jueves llegó el plato nuevo y hoy  sabado he podido salir con ella, esta vez los eslabones quedaban perfectamenbte encajados entre los dientes del plato ovalado y traccionaban a la perfección.


 
  He podido remontar el Campillo y despues he saboreado gustosamente el agua de la Font del Berro, he escuchado el graznido de los cuervos, ese susurro del viento entre los pinos, que siempre nombro y que tiene sobre mi un efecto especial y mágico.
     Y ya descendiendo, vestido con la equipación de La Pajara, me he cruzado con Monitreck, ella remontaba desde la Gota y también se habia vestido con la misma equipación.
   - ¡¡ Ya tengo plato...!! -he gritado.
   - ¡¡ Hey Pedrooo....!! -ha respondido ella luchando contra la dura rampa.
  He sonreido y he vuelto a echar una fugaz mirada al cuentakilometros, a esa pantalla que me dice a que velocidad voy, a que altura estoy, cuanta altitud he acumulado, a que temperatura está la Calderona, que hora es...., y la he descubierto en blanco, vacia, muerta, sin pila. 
  He levantado la  vista, he mirado a los farallones donde suelen anidar las águilas perdiceras, he contemplado los taludes rojizos de rodeno, los pinares de las umbrias y me ha dado igual no saber nada de eso que me decía la pantalla...., todo eso lo estaba percibiendo a traves de mis ojos, a traves de mi piel y desde los musculos de mis piernas.