Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

sábado, 11 de mayo de 2013

AMARILLOS Y GRISES.








   Cuando pedaleo por la montaña ya no miro hacia el final de la pista o hacia el final de la subida, miro hacia los taludes, miro hacia las piedras, miro ahí donde termina el camino y donde el monte aparece con todas sus texturas y colores.
  Sin dejar de pedalear observo el gris apagado y muerto de las ramas resecas. Es un gris absoluto, como si alguien las hubiese rociado con ese color o como si las brumas y las nubes bajas que hoy envolvían la serranía, las hubiesen teñido, pero de un color seco, vacio de vida, sin calor alguno. Me sorprende y me fijo en ellas sin dejar de remontar, hasta que algo rompe esa gama de grises que parecen querer imitar al gris de las rocas. Descubro una especie de margarita silvestre, no se el nombre de la flor, pero sus extrechos petalos amarillos destacan casi deslumbrantes sobre un fondo de pinares.
   Son sus colores, el azul de los lirios, el morado de las estepas y de las especiales amapolas de la cartuja o el rojo intenso de las amapolas, uno rojo que mas recuerda a la pasión más ardiente que a una delicada flor..., siempre son ellas y sus colores los que me hacen echar pie al suelo y fotografiarlas.
   Y la florecilla amarilla posa en una mañana brumosa y sin viento, sonrie y la fotografio, los pinares surgen en un segundo plano y por encima de ellos serpentea la pista que trepa hacia la Font de la Gota y que asciendo por el barranco de Vigueta buscando el camino viejo de Segorbe, ese que recorrían antaño los monjes entre las cartujas de la Vall de Crist y la de Porta Coeli.
   Se ve esa dura subida que en su día bauticé como la Prueba del Hombre, se ve un pedazo de sierra, un pedazo de la Sierra Calderona, un pedazo de mi mundo.   

sábado, 4 de mayo de 2013

LA LLUVIA EN LAS ENTRAÑAS.


                                                                  (video)
Si pinchais en la foto vereis un sencillo video, la idea era captar el canto de las avecillas.



   Hoy he salido pronto a pedalear y quizás por eso me he cruzado con él. El zorro ha salido por mi izquierda, ha cruzado la pista de tierra y se esfumado entre el monte bajo, entre los pinares que reverdecían al amanecer, que destellaban con sus agujas decoradas con miles de gotitas de agua.
  El zorro me ha hecho sonreir, me ha hecho sentir como siempre, como un privilegiado, como alguien especial, como si yo fuese el único capaz de ver a los zorros o a los vencejos, como si fuese el unico capaz de escuchar los cantos que flotaban en la Font del Berro.
  Entre trago y trago de ese agua que la serranía dejaba escapar, los escuchaba, incluso me ha parecido percibir el repiqueteo de algún pajaro carpintero, de algun picapinos. Hubiese deseado que ese momento se eternizase.
  Incluso me ha sabido mal volver a montar, volver a ponerme el casco y empezar a descender entre la revirada pista que baja hasta el cañón de la Vigueta, pero no he podido evitar volver a echar pie a tierra para escuchar el sonido de las torrenteras, por ellas descendia una agua clara, fresca y pura. Emitía un arrrullo relajante, un murmullo que de nuevo me hacia sonreir y que de nuevo despertaba esa sensación ya obsesiva de soledad, de leyenda, de ser la unica persona que percibia el gorjeo del torrente estacional.
  He observado el discurrir del agua cristalina y he pensado en el verano, en el silencio de la agostada y en la tierra reseca y apagada.