Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

sábado, 29 de junio de 2013

CUENTAKILOMETROS EN BLANCO...., LA LIBERACIÓN.





    
    El plato Q-ring de 33 dientes se habia quedado sin ellos, sin dientes, realmente se habian convertido en pequeñas aletas de tiburón sobre las que la cadena nueva resbalaba. Los eslabones no se travaban y resbalaban sin llegar a mover los piñones, sin llegar a desplazar a la Bicipalo sobre la Sierra Calderona.
   Pero el jueves llegó el plato nuevo y hoy  sabado he podido salir con ella, esta vez los eslabones quedaban perfectamenbte encajados entre los dientes del plato ovalado y traccionaban a la perfección.


 
  He podido remontar el Campillo y despues he saboreado gustosamente el agua de la Font del Berro, he escuchado el graznido de los cuervos, ese susurro del viento entre los pinos, que siempre nombro y que tiene sobre mi un efecto especial y mágico.
     Y ya descendiendo, vestido con la equipación de La Pajara, me he cruzado con Monitreck, ella remontaba desde la Gota y también se habia vestido con la misma equipación.
   - ¡¡ Ya tengo plato...!! -he gritado.
   - ¡¡ Hey Pedrooo....!! -ha respondido ella luchando contra la dura rampa.
  He sonreido y he vuelto a echar una fugaz mirada al cuentakilometros, a esa pantalla que me dice a que velocidad voy, a que altura estoy, cuanta altitud he acumulado, a que temperatura está la Calderona, que hora es...., y la he descubierto en blanco, vacia, muerta, sin pila. 
  He levantado la  vista, he mirado a los farallones donde suelen anidar las águilas perdiceras, he contemplado los taludes rojizos de rodeno, los pinares de las umbrias y me ha dado igual no saber nada de eso que me decía la pantalla...., todo eso lo estaba percibiendo a traves de mis ojos, a traves de mi piel y desde los musculos de mis piernas.
   
  

jueves, 27 de junio de 2013

VENCEJOS AL AMANECER.


    








  Gracias por venir, Dorita. 

  Los vencejos duermen volando y de amanecida descienden entre trinos y vuelos rapidisimos. Las hembras descienden las primeras y yolas veo pasar a muy poca altura. Han nidificado en la misma junta de dilatación del año pasado y ha sido un malditos cable, de los que usan durante las Fallas para colgar las banderitas, el que casi ha segado su ala, eso lahace diferente y por eso puedo reconocerla todas las mañanas.
  Observo su ala herida, aún así larga y esbelta, aún así capaz de elevarla y de hacerla volar a mas 150 km por hora. Observo como enfila la calle en paralelo, como vuela ante mis ojos, como gira, como esquiva el maldito cable y como se encaja a la junta de dilatación para darle la toma al polluelo.
  Me encanta contemplarlos y descubro que llegan a ser hasta cuatro vencejos los que se alternan posandose, durante unos segundos, en esa junta. Despues vuelven a volar y el polluelo los observa y escucha. No pierde detalle, en incluso distingue al humano que todas las mañanas le mira, a veces con aspecto de niño, a veces rodeado de perros flacos.

Nota: Las fotos estan hechas con el móvil.



 

domingo, 2 de junio de 2013

SOLO VEMOS LO QUE NOS IMPORTA....,Y YO VEO PAJAROS.



   



 Solamente vemos y distinguimos lo que nos importa, nuestro cerebro de sapiens funciona así, nos evita el trabajo de tener que fijarnos en cada detalle y en cada matiz y toma la decisión de dejarnos ver tan solo lo que nos interesa, aún así estamos convencidos de que todas nuestras decisiónes son fruto del razonamiento y de nuestra propia voluntad.
   Quizás por eso soy yo el unico que ve a las golondrinas en sus vuelos rasantes por encima del cesped del viejo cauce del Turia. A veces, cuando bajo a pasear a Cecil y a Piper, me encuentro con conocidos, charlo con ellos, interactuo con mis semejantes sapiens pero finalmente acabo distraido con el vuelo rasante de las golondrinas, es como si solo ellas me interesasen.
   Quizás por eso descubrí la lucha entre un vencejo y un gorrión por un hueco en la fachada de ladrillo visto, en mi propia calle y de camino a la carpinteria. El vencejo, llegaba desde Africa y se encontraba con un intruso que le esperaba posado sobre el compresor del aire acondicionado, cuando trataba de entrar en el hueco, el gorrión se lanzaba y el vencejo tenía que esquivarlo.
    Quizás por eso, esta mañana, cuando pedaleaba por la Calderona, he descubierto a un bando de vencejos volando por encima de las copas de los pinos e incluso por debajo. No alborotaban ni chillaban, no se perseguían, no se estaban cortejando. Cazaban a una altura muy inferior a la normal y en silencio, en el mismo silencio conmovedor de la Naturaleza, creo que incluso he llegado a escuchar el silvido del viento entre sus estrechas alas cuando alguno ha pasado cerca de mi casco.
   Quizás por eso, cuando me levanto a mear en el campo y escucho la llamada de una lechuza, sonrió agradecido.
  Quizás por eso, cuando los miercoles cruzo el barranco de Carraixet con la bici de carretera me suelo fijar en las urracas, en como carroñean sobre los conejos atropellados o en como atacan a las águilas cuando se acercan demasiado a sus nidos. Pero este mierdoles paré, eché pie a tierra y contemplé la escena con la misma ilusión y emoción como cuando de niño esperaba ansioso a ver el capitulo de los viernes de "El Hombre y la Tierra". quizás fue durante esos viernes cuando mi cerebro decidió que sería importante para mi, incluso 35 años después.