El plato Q-ring de 33 dientes se habia quedado sin ellos, sin dientes, realmente se habian convertido en pequeñas aletas de tiburón sobre las que la cadena nueva resbalaba. Los eslabones no se travaban y resbalaban sin llegar a mover los piñones, sin llegar a desplazar a la Bicipalo sobre la Sierra Calderona.
Pero el jueves llegó el plato nuevo y hoy sabado he podido salir con ella, esta vez los eslabones quedaban perfectamenbte encajados entre los dientes del plato ovalado y traccionaban a la perfección.
He podido remontar el Campillo y despues he saboreado gustosamente el agua de la Font del Berro, he escuchado el graznido de los cuervos, ese susurro del viento entre los pinos, que siempre nombro y que tiene sobre mi un efecto especial y mágico.
Y ya descendiendo, vestido con la equipación de La Pajara, me he cruzado con Monitreck, ella remontaba desde la Gota y también se habia vestido con la misma equipación.
- ¡¡ Ya tengo plato...!! -he gritado.
- ¡¡ Hey Pedrooo....!! -ha respondido ella luchando contra la dura rampa.
He sonreido y he vuelto a echar una fugaz mirada al cuentakilometros, a esa pantalla que me dice a que velocidad voy, a que altura estoy, cuanta altitud he acumulado, a que temperatura está la Calderona, que hora es...., y la he descubierto en blanco, vacia, muerta, sin pila.
He levantado la vista, he mirado a los farallones donde suelen anidar las águilas perdiceras, he contemplado los taludes rojizos de rodeno, los pinares de las umbrias y me ha dado igual no saber nada de eso que me decía la pantalla...., todo eso lo estaba percibiendo a traves de mis ojos, a traves de mi piel y desde los musculos de mis piernas.